Esta ambición insaciable de querer comernos el mundo, esta fuerza sobrehumana para construir juntos, ¿y todo para qué? Simple: para tener el honor de tener un techo que ambos llamemos hogar, para extrañarnos todo el día hasta que volvamos a casa, para hacer el amor de mil maneras más, para tatuar en recuerdos esas canciones y esos momentos, para que unos ojitos nos miren desde abajo y nos llamen "papi y mami", para enseñarles lo más valioso de la vida, para firmar enfrente de un altar y en el libro del destino que nos amamos y que siempre así será...
No, nada de lo que estoy hablando, es precisamente fácil, va a requerir de nuestro trabajo y amor constante.
Y aquí estoy, este es nuestro primer mes de meses incontables que vienen y no dudo ni por un segundo que lo lograremos juntos.
Hablando de locuras...